30 diciembre 2010

Aislados en La Silva

(L.N.E. 30/12/2010 )

Los vecinos del pueblo tinetense exigen el asfaltado de la pista que da acceso a sus casas para tener servicios






La Silva (Tineo),

Pepe RODRÍGUEZ                                                  Emilio Bueno y su hijo Borja, en un camino de La Silva.

El pueblo de La Silva, en las cercanías de Tuña (Tineo), no da crédito a lo que le ha ocurrido. Después de años tratando de que les asfalten los caminos y la entrada al pueblo por la pista que sube desde Tuña, cuando veían cerca el final, se han quedado con la miel en los labios. Las labores de mejora de su pista se han quedado a medias: les han asfaltado un kilómetro y han dejado otros dos, hasta llegar al pueblo, tal y como estaban.

Los vecinos lamentan que «el alcalde de Tineo nos dijo que esto se paraba porque no había más dinero, ¿pero hay derecho a esto? No debe haber otro pueblo en todo Asturias que tenga un acceso en peor estado».

Las condiciones son tremendas. Por la pista no se pueden cruzar dos coches, las roderas creadas por los todoterrenos (única manera de acceder con seguridad al pueblo) se han agigantado debido a la lluvia y el barro, y la circulación es peligrosa y extremadamente lenta.

Emilio Bueno, un vecino que regenta una ganadería que ronda las 80 reses, se desespera: «es que dan ganas de marchar y dejarlo todo. Y eso no sería bueno para nadie, abandonar los pueblos debe ser lo último, pero si no nos mejoran esto no hay solución». Cuenta que tiene dos hijos y que no pueden subir con los coches, «de hecho, hemos comprado una tartana por 400 euros para que puedan venir desde Oviedo y no jodan los suyos. Esto es echar a la juventud de los pueblos».

Hace tiempo que todos tienen que bajar a Tuña a cosas que, en otros pueblos, tienen a domicilio. Así, por ejemplo, ni el panadero ni el pescadero suben hasta allí, y servicios como los del pienso no quieren ni oír hablar de llevar el camión hasta La Silva. Cuando se produce alguna urgencia médica hay que movilizarse para recorrer el camino con traqueteos que pueden agravar la salud del enfermo. Emilio, de casa el Rey, pone la puntilla: «No creemos nada en los políticos, nos han prometido esta pista mil veces y aquí seguimos. Lo único que nos queda es protestar o irnos de aquí».

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